La vivienda es un sector que está de nuevo en auge. Quedaron atrás los años de reducciones, descensos de concesiones de nuevas hipotecas y parones en la edificación. La recuperación del sector es ya evidente y así lo muestran los datos de todos los expertos. Según indicaba recientemente el diario Cinco Días, esta favorable evolución presenta una característica diferencial: su concentración en vivienda usada. Utilizaba los datos trimestrales del Colegio de Registradores para explicar que ocho de cada diez inmuebles vendidos son de segunda mano y, además, se concentran en los cuatro grandes mercados autonómicos, Madrid, Andalucía, Cataluña y Comunidad Valenciana, que suman dos de cada tres del total de casas vendidas. Este dato representa una cifra de máximos respecto a los últimos cinco años al ser la cifra más alta registrada en un trimestre desde principios de 2011.
En este 2016 han sido muchos los datos e informes positivos que confirman esta reactivación pero, en las últimas semanas, se han publicado algunos estudios que traen importantes novedades. Y es que las cifras en positivo ya no se limitan a la compraventa de pisos de segunda mano, sino que son los de nueva construcción los que ofrecen síntomas de repunte. Así lo muestra el hecho de que los permisos para iniciar la construcción de viviendas crecieron el 49,8% interanual hasta mayo. Tal y como asegura el Colegio de Registradores, la vivienda nueva ha registrado la segunda subida trimestral consecutiva (0,8%), tras un largo periodo de mínimos históricos, con 19.547 compraventas que representan el 18,1% del total, mientras que la vivienda usada aumentó un 10,3% respecto al trimestre anterior.
Tanto es así que Bankinter presenta un informe con una previsión a un año vista en el que asegura se materializará el cambio de tendencia más importante dando lugar a un considerable incremento en la venta de viviendas nuevas tras nueve años de consecutivos retrocesos. Y basa esta afirmación en cuatro importantes factores: el ciclo expansivo en el que se encuentra el país, las mejoras en las condiciones de financiación, el limitado impacto del Brexit y el contexto de mercado actual que sitúa a la vivienda como una de las escasas alternativas de inversión que permiten obtener rentabilidades superiores a la inflación en el medio plazo.
Si analizamos el número de hipotecas sobre vivienda constituidas en el primer semestre del año, la Asociación Hipotecaria Española confirma un crecimiento del 20,1% en comparación al mismo periodo de 2015. La AHE también aporta otro dato positivo: la reducción del 1,7% en junio en el saldo vivo del crédito hipotecario, que representa la cantidad de préstamos y deudas pendientes de pagar. Haciendo un balance a corto plazo, con fecha a final de año, BBVA estima que la demanda de vivienda crecerá menos que entre enero y junio por la moderación económica y la incertidumbre política reinante, con una actividad inmobiliaria que continuará apoyándose en el crecimiento de la demanda y en la paulatina absorción de la sobreoferta de viviendas.
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